domingo, 22 de enero de 2012

Sincronías

No sé si vosotros sois, de lejos, infinitamente más listos que yo, o como la que escribe, descubristeis lo que era una 'sincronía' hace más bien pocos años. Uno para ser exactos. La cuestión es que una vez que descubres algo, a saber por qué (!) la mente va y te muestra los descubrimientos en modo activo. 
Así pues (no, no voy a decir qué es una sincronía porque si no sabes lo que es ya lo habrás puesto en la página de la rae si es que eres de los buscadores hambrientos, si no lo has puesto quizá no sería mala idea plantearte qué haces tú para satisfacer tus curiosidades y otras aspiraciones o si eres de los de aquí me las den todas y luego dices que la vida es muy puta)... Vale, dónde coño estaba? ah sí, que Maeve y yo tenemos sincronías que se hacen más frecuentes cuantas más de ellas se producen. La magia tiene estas cosas, qué le vamos a hacer. 
Total, que venía a contar que hoy, mientras hacía... digamos, cosas, me he concentrado en el tic tac del reloj de la cocina. Lo escuchaba y de repente me ha venido a la cabeza: Por qué coño lo llamamos tic tac si suena exactamente igual? Y minutos más tarde entro al feisbuk de siempre y Maeve, repentinamente, tenía escrito esto: 
"Kermode notó que cuando escuchamos a un reloj hacer tic, tic, tic, lo que escuchamos en realidad es tic, tac, tic, tac, porque nos gustan los principios y los finales".
-John Sutherland, profesor emérito del University College de Londres


Pues sí pues sí. Así, como si hubiésemos pasado siete horas hablando del tiempo. A veces, de verdad, me encanta la magia que nadie ve salvo el que la mira.

No hay comentarios:

Publicar un comentario