viernes, 24 de febrero de 2012

Mirar sólo la esencia: Ecología


Odio, desde siempre, la parte que para defender una teoría o una opinión personal tira por tierra la de enfrente. Ridiculizar al otro. O menospreciarlo. No me gustan las típicas polémicas por eso, es difícil hoy en día que alguien exprese lo que piensa sin que alguien, al otro lado, para defender la suya utilice recursos fáciles contra el otro, exagerar, caricaturizar, lo que sea con tal de que se cumpla el dicho: sólo ganaré si el otro pierde, así como si cuando expresa una opinión tuviera, siempre, por normal, que llevar la razón y vencer. Sin premio ni nada, pero vencer. 
Total, que me han enviado este texto que tiene mucho de verdad y muestra muy mucho la frecuencia con la que se nos olvidan las cosas, pero está como basado en un intercambio de opiniones de esas de las que hablo, de las que no me gustan. Pero aun así lo pongo porque hay mucho de verdad, y quién sabe, quizá a alguno uno de las frases sueltas le haga recapacitar, o pensar o qué sé yo la próxima vez que encienda diecisiete luces para ir al baño. Digo de día, que por la noche está justificado para los miedicas que somos muchooos! jajaj... 

La Moda Verde

En la fila del supermercado, el cajero le dice a una señora mayor que
debería traer su propia bolsa,

ya que las bolsas de plástico no son buenas para el medio ambiente.

La señora pide disculpas y explica: "Es que no había esta moda verde en
mis tiempos."

El empleado le contestó: "Ese es ahora nuestro problema.
Su generación no puso suficiente cuidado en conservar el medio ambiente."

Tiene razón: nuestra generación no tenía esa moda verde en esos tiempos:
En aquel entonces, las botellas de leche, las botellas de gaseosa y las de
cerveza se devolvían a la tienda.
La tienda las enviaba de nuevo a la fábrica para ser lavadas y
esterilizadas antes de llenarlas de nuevo,
de manera que se podían usar las mismas botellas una y otra vez Así,
realmente las reciclaban.
Pero lleva razón, no teníamos esta moda verde en nuestros tiempos.

Subíamos las escaleras, porque no había escaleras mecánicas en cada
comercio ni oficina.
Íbamos andando a las tiendas en lugar de ir en coches de 300 caballos de
potencia
cada vez que necesitábamos recorrer 200 metros.
Pero tiene Vd. toda la razón. No teníamos la moda verde en nuestros días.

Por entonces, lavábamos los pañales de los bebés porque no los había
desechables.
Secábamos la ropa en tendederos, no en secadoras que funcionan con 220
voltios.
La energía solar y la eólica secaban verdaderamente nuestra ropa.
Los chicos usaban la ropa de sus hermanos mayores,
no siempre modelitos nuevos.
Pero está en lo cierto: no teníamos una moda verde en nuestros días.

Entonces teníamos una televisión, o radio, en casa,
no un televisor en cada habitación. Y la TV tenía una pantallita del
tamaño de un pañuelo,
no una pantallota del tamaño de un estadio de futbol.
En la cocina, molíamos y batíamos a mano,
porque no había máquinas eléctricas que lo hiciesen por nosotros.
Cuando empaquetábamos algo frágil para enviarlo por correo,
usábamos periódicos arrugados para protegerlo,
no cartones preformados o bolitas de plástico.
En esos tiempos no arrancábamos un motor y quemábamos gasolina
sólo para cortar el césped; usábamos una podadora que funcionaba a
músculo.
Hacíamos ejercicio trabajando,
así que no necesitábamos ir a un gimnasio para correr sobre cintas
mecánicas
que funcionan con electricidad.
Pero claro que está Vd. en lo cierto: no había en esos tiempos una moda
verde.

Bebíamos del grifo cuando teníamos sed,
en lugar de usar vasitos o botellas de plástico cada vez que teníamos que
tomar agua.
Recargábamos las estilográficas con tinta, en lugar de comprar una nueva
y cambiábamos las cuchillas de afeitar en vez de tirar a la basura toda la
maquina afeitadora sólo porque la hoja perdió su filo.
Pero,eso sí, no teníamos una moda verde por entonces.

En aquellos tiempos, la gente tomaba el tranvía o el autobús
y los chicos iban en sus bicicletas a la escuela o andando,
en lugar de usar a su mamá como taxista las 24 horas.
Teníamos un enchufe en cada habitación, no un regleta de enchufes
para alimentar una docena de artefactos.
Y no necesitábamos un aparato electrónico para recibir señales
desde satélites situados a miles de kilómetros de distancia en el espacio
para encontrar la pizzería más próxima.

Así que me parece lógico que la actual generación se queje continuamente
de lo irresponsables que éramos los ahora viejos por no tener esta
maravillosa moda verde en nuestros tiempos.

No dejes de envíarle esto a otra persona
que piense que ya está bien de recibir
lecciones de ecología
de cualquier cantamañanas de hoy en día.

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