sábado, 15 de octubre de 2011

Paremos

Los segundos pasan frenéticos, se me agolpan, casi se llegan a solapar. No quiero desaprovecharlos, los estrujo. Lo de hoy tenía que haber sido hecho ayer, lo de ayer, ¿lo hice?, noto la presión cardiaca acelerándose ahora mismo. Cuento los segundos que se me escapan, no quiero que se vayan sin ser usados...pero ¿por qué?. ¿Y si hago caso a esto?



Disfrutemos del tiempo pasando y observándolo....

3 comentarios:

  1. ¡Qué placer hacer nada y no sentirte mal por ello!
    :)

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  2. Haz el favor de escribir las cosas para los humanos de murciaaaaa! jajaja
    Eso significa que: "El problema de hacerlo todo es que no tienes tiempo para hacer nada"?
    Es eso? o debería ir a clases de inglés inmediatamente!?

    Es importante encontrar la línea esa que divide el placer de no hacer nada con la dejadez. Ya sabes, hay veces en las que nos llenamos el día de cosas, suena a buen rollismo a muerte y luego resulta que estamos llenando otros vacíos de esa manera.
    Hay un placer inmenso en ver y sentir la vida pasando, despacio, observando. Pero eso también puede llevar la otra parte, el exceso de comodidad.
    En fin, no sé si mesientiende!! Sí, seguro que sí!
    Qué gran invento el equilibrio, ein!?

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  3. Obviamente está todo en el equilibrio, la mesura...pero tenemos que decidir las pesas que poner y quitar en la "romana" para que se quede estable. A veces, por pensar que el aprovechamiento de cada segundo de nuestro tiempo consiste en no parar, no nos damos cuenta que dejar pasar el tiempo tranquilo, sin estrés...nos puede llevar a la plenitud también, o qué?

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